¿Te has preguntado por qué parece tan difícil alcanzar la felicidad que tanto anhelamos?
Muchas veces creemos que la felicidad es la meta más importante de la vida. Sin embargo, hay una gran diferencia entre ver la vida como es y como quisiéramos que fuera. Entre esas dos realidades se encuentra el grado de sufrimiento que experimentamos.
Cuando estamos en armonía con lo que está ocurriendo en este momento, normalmente lo llamamos felicidad. Esa sensación de decir: “¡Me siento feliz!”. Pero, ¿qué es realmente la felicidad?
Felicidad es simplemente el beneficio secundario de estar alineada con lo que es ahora, y si además las cosas están fluyendo como quisiéramos, experimentamos un mayor grado de ella. Sin embargo, cuando no nos gusta lo que es, estamos en algún grado de resistencia hacia la vida.
Reconectando con tu esencia
Ahora te pregunto: ¿y si dejamos de buscar la aparente felicidad? En lugar de eso, ¿qué te parece reconectar con tu esencia? Esa parte de ti que sabe cómo funcionas y te invita a entrar en aceptación contigo misma y tus circunstancias.
Aceptar no significa resignarse, sino ver la vida desde otra perspectiva: entender que
todo lo que está sucediendo es exactamente como debería ser, porque de otra forma no estaría sucediendo de esa manera.
La aceptación nos libera de la lucha constante contra lo que es.
Desde esa aceptación y reconexión con tu esencia, puedes tomar acciones alineadas con el rumbo que tu Ser te señala, no el que dicta la sociedad, tu pareja, tu entorno, tus padres o tus creencias limitantes.
Este momento es especialmente propicio para reflexionar y alinear tus intenciones, ya que estamos transitando el inicio de un nuevo ciclo en el Diseño Humano. Desde el 22 de enero, el Sol está en la Puerta 41, conocida como el “Inicio”, que marca el comienzo de un viaje lleno de posibilidades. Esta energía nos invita a imaginar, soñar y conectar con nuestros deseos más auténticos, dejando de lado expectativas externas y abrazando lo que realmente queremos experimentar desde nuestra esencia.

Transformar resistencia en aceptación
Es natural sentirnos frustradas o incluso enojadas cuando las cosas no van como queremos. Pero en lugar de pelear contra lo que es, podemos preguntarnos:
“¿Qué puedo aprender de esta situación?”.
Cada reto es una oportunidad para crecer, y al soltar la resistencia, abrimos espacio para la calma y la claridad.
Por ejemplo, piensa en un tráfico inesperado. En lugar de desesperarte, respira profundamente y date un momento para sentir la incomodidad en tu cuerpo. Quizás descubras que es una oportunidad para practicar la paciencia, o tal vez te das cuenta de que la prisa viene de una presión interna que puedes cuestionar. Este cambio de perspectiva transforma pequeños momentos de tensión en oportunidades de aceptación y crecimiento.
Encontrando plenitud en lo cotidiano
Cuando estás alineada con tu esencia y además en aceptación total, surge
la plenitud.
Ese estado en el que fluyes, como cuando estás completamente inmersa en algo que amas hacer, que hasta el tiempo desaparece. De hecho se encuentra justo al salir del pasado y del futuro, donde lo único que queda es el presente y este estado de plenitud. Además si surge algún reto, sientes calma frente al desafío porque sabes que tienes los recursos internos para afrontarlo. Simplemente disfrutas del momento presente sin presiones ni expectativas.
Tampoco busquemos esa plenitud afuera, porque ya está dentro de nosotras. Más bien, se trata de recordar su presencia. Cada instante es una oportunidad de hacerlo a través de lo que vivimos, de las circunstancias que llegan a nosotras y de las relaciones interpersonales. Es un ejercicio de soltar lo que se interpone entre nosotras y esa plenitud natural.
Para practicar esto, puedes intentar lo siguiente: al final del día, reflexiona sobre un momento en el que te sentiste plena o tranquila. Escríbelo en tu journal y agradece por esa experiencia. Con el tiempo, estos momentos se harán más frecuentes y naturales, ya que estarás enfocándote en ellos. Todo aquello en lo que nos enfocamos, crece.
Una invitación a conocerte mejor
Si esto resuena contigo, te invito a explorar más sobre ti misma a través del Diseño Humano. Próximamente, compartiré una serie de entradas en este blog para hablarte de esta herramienta poderosa. Pero de entrada te puedo compartir que ha sido una herramienta que me transformó la manera en que me habito, en que acompaño y me relaciono con mis hijos y conmigo misma.
El Diseño Humano combina principios de astrología, el I Ching, el sistema de chakras y más, para ofrecerte un mapa único sobre cómo funciona tu energía y cómo tomar decisiones alineadas con tu esencia. Imagina tener claridad sobre cómo afrontar desafíos, mejorar tus relaciones y vivir con más propósito.
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Será un honor acompañarte en tu viaje de autoconocimiento y regreso a tu esencia. ¡Nos leemos pronto!
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