top of page

Caminar con Confianza (aunque no veas el suelo)

  • 13 jul
  • 3 Min. de lectura

Hoy te escribo un poco más tarde.


Decidí levantarme hasta que mi cuerpo me lo pidió, hacer estiramientos, algo que creo que hemos olvidado con el tiempo. Veo a mi gatita hacerlo varias veces al día siguiendo su naturaleza y su biología. Algo bueno debe haber allí.


Desayuné algo ligero y fresco, como mi cuerpo me lo pidió.

Ya no pienso “hay que desayunar como rey, comer como príncipe y cenar como mendigo”, ni me repito que “el desayuno es la parte más importante del día”, como solía hacerlo.


Hoy me siento y elijo desde otro lugar: lo que mi cuerpo necesita, no lo que dicta una regla externa.


Además, soy de digestión fría —y eso ahora me hace TODO el sentido. Antes ni lo escuchaba ni lo respetaba.

Avance de mi Dibujo de Hoy

Después dibujé un rato, y sentí cómo volvía a mí la conexión, la inspiración.


Como si algo se alineara adentro y todo volviera a tener sentido.


Siento que estoy en mi propia primavera, aunque afuera haga un calorón de verano.


Y bueno… ahora sí: vamos al tema de hoy.


Hay momentos en los que ya soltaste el control, hiciste una pausa, respiraste hondo, te escuchaste, hiciste espacio… y aún así, no se ve con claridad qué viene.


Es ahí donde muchas veces queremos rendirnos.


O hacer lo que siempre hacíamos: forzar, acelerar, buscar certezas afuera.


Pero este nuevo camino, el que estás eligiendo con más consciencia, no se abre por presión.


Se abre por confianza.

Y no hablo de una confianza abstracta ni ingenua.


Hablo de esa confianza que nace del cuerpo cuando algo dentro de ti ya no necesita pruebas externas para creer.


Y más bien, creo que es una certeza que, aunque no sabe cómo ni cuándo, sabe que lo que estás viviendo tiene sentido… aunque quizá duela o requiera de disciplina.


Aunque no veas aún el propósito.


Aunque la mente quiera analizar y resolverlo todo antes de tiempo.


Conectar con esa certeza no es quedarte pasiva.


Conectar con esa certeza es quedarte presente.

Es elegir avanzar, paso a paso, aun si el suelo no se ve con claridad.


Es seguir cuidando tu energía, tus hábitos, tus límites, tu presencia… aunque no haya garantía inmediata de lo que vendrá.


Porque sabes que estás sembrando algo más profundo que resultados:

Estás sembrando coherencia.

Estás integrando en tu vida diaria esa espiritualidad y consciencia que antes sentías como algo separado.


Esa integración, más que cualquier técnica, es lo que realmente cosecha el cambio.


Estás cultivando la relación más importante de todas: la que tienes contigo.


Y eso… nunca es en vano.


Cuando la duda llegue (porque llegará)


Habrá momentos en que el miedo regrese.


La impaciencia. La comparación. La frustración de no ver frutos.


Es tu humanidad.


Pero no tienes que quedarte ahí.


Cada vez que sientas que te desconectas de ti, vuelve al cuerpo, vuelve a ti.

A ese espacio dentro de ti que ya sabe.


Por eso hoy quiero dejarte una práctica sencilla, pero poderosa, para anclar esa confianza cuando lo olvides.


No para evitar la duda, sino para no dejar que decida por ti.


Anclaje de confianza:


Cuando sientas que dudas de tu camino o que te desconectas de ti misma:


  1. Detente un momento.

    Cierra los ojos, suelta los hombros, apoya bien los pies al suelo.


  2. Lleva tu atención al centro del pecho

    a ese lugar en ti que no piensa, que no analiza, pero sabe.

    Coloca tu mano en el centro de tu pecho.


  3. Recuerda una experiencia en la que confiaste, aunque no sabías el resultado.

    Puede ser pequeña o grande, no importa.

    Solo conecta con esa sensación en tu cuerpo.

    Con cómo se siente confiar


  4. Inhala profundo y al exhalar, visualiza esa energía expandiéndose en ti.

    Como si te envolviera. Como si sostuviera cada paso que das.


  5. Repite para ti:

    "Aunque no vea el camino, confío en mi paso.

    Aunque no tenga respuestas, confío en mi presencia.

    Aunque no sepa cómo, confío en mi energía.

    Ya lo he hecho antes y hoy elijo hacerlo de nuevo."


Hazlo cuantas veces necesites.


Porque a veces,

el mayor acto de amor propio es recordarte que ya puedes confiar en ti y volver a conectar con esa certeza que vive en la unidad.

Quiero leerte...


¿Encontraste útil esta herramienta?




Con amor,

ree

Si te compartieron este blog y te gustaría recibirlo cada semana, puedes registrarte AQUÍ 👈👈

 
 
 

Comentarios


bottom of page