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Caminar Desde la Certeza

  • 10 nov
  • 7 Min. de lectura

🎧 Aquí puedes escuchar el audio del episodio: AQUÍ 👈👈

📺 Y aquí ver el video en YouTube: AQUÍ 👈👈


Caminar desde la certeza nace de la conexión, incluso cuando la mente no lo entiende.

Y es que el control, esa necesidad de tener todas las respuestas antes de movernos,

nos da una falsa sensación de seguridad,

pero también nos roba la posibilidad de sentirnos sostenidas por algo mucho más grande que nosotras.

Bienvenida a este segundo blog de la mini serie Soltar el control.

Si aún no has leído el primero, te invito a hacerlo después de este.

Ahí hablamos de cómo el control nace del miedo y de la ilusión de que, si lo planeamos todo, evitaremos el dolor.

Hoy, vamos a explorar otra parte del control:

lo que pasa cuando decides confiar en el paso, aunque no veas el camino completo.


mujer a punto de comenzar

La Ilusión De Las Garantías


Vivimos en una cultura que nos vende garantías para todo:

garantías de éxito, de amor duradero, de resultados, de control sobre el cuerpo, sobre los hijos, sobre la vida.

Creemos que no podemos movernos hasta tenerlo todo analizado,

hasta sentir que el camino es completamente seguro.

Pero la verdad es que la seguridad real no llega analizándolo todo.

El movimiento es lo que revela el camino.

Y lo curioso es que, cuando pedimos seguridad,

en realidad estamos pidiendo permiso para confiar

antes de dar el paso.


Queremos una señal, un mapa exacto, una prueba…

algo que nos diga: “todo va a salir bien”.

Pero la vida no funciona así.

por que el alma no vino a planear: vino a experimentar.


Y es que es solo a través de la experiencia y el movimiento

que se va revelando el camino, si es que hay redireccionar, si hay que girar,

si hay que repetir con algunos cambios.

Cuando intentamos controlar, estamos buscando predecir la vida.

Y predecir la vida es, en realidad, intentar protegernos de sentir.

El control es una estrategia emocional para evitar la incertidumbre, porque la incertidumbre despierta el miedo.

Pero la certeza que tanto buscamos no se encuentra en saber qué pasará,

sino en recordar quién eres cuando no sabes qué hacer.


Otra idea que me parece importante mencionar aquí,

de este miedo a la incertidumbre que ya lo hemos escuchado mil veces, pero si te detienes a sentirlo, te das cuenta de que no es miedo a lo desconocido, ni a no saber qué va a pasar.


En realidad, la mente empieza a crear distintos escenarios… y el miedo no es a lo que va a ocurrir, sino a todos esos escenarios imaginarios que la mente inventa.

No te da miedo el futuro, ni a lo que va a pasar, sino miedo a tus propios pensamientos sobre el futuro.

Y lo más curioso es que ninguno de esos pensamientos es real.

Son proyecciones, intentos de la mente por protegerte del vacío de no saber.

Y dentro de ese miedo al vacío, puede llegar algo también desencadenado por la mente:

esos momentos en los que te detienes justo antes de dar el paso,

y te haces mil preguntas: “¿será esto lo correcto?, ¿y si me equivoco?, ¿y si me arrepiento?, ¿y si no funciona?, ¿y si algo sale mal? ¿será que necesito saber más, estudiar más?”

Y entramos en la parálisis por análisis.

La mente intenta protegerte,

pero lo hace repitiendo todos los posibles escenarios de fracaso.

Y mientras analizas, el tiempo y la vida pasa.

El alma se estanca esperando a que la mente se calme,

pero la mente nunca se calma desde el análisis.

Solamente sucede desde la consciencia, desde el volver a ti,

para poder entregarte al proceso.

Y la entrega no es rendirse.

La entrega es moverte con el corazón abierto,

aunque no esté el camino completo dibujado,

aunque no haya garantías, pero con presencia

y sobre todo desde la certeza, no del resultado,

sino de que la información, las personas, los recursos,

todo lo que necesites surgirá en el momento perfecto.


Y aquí entra algo que pocas veces se dice:

soltar el control no significa no hacer nada,

significa dar el paso desde otro lugar.

No desde el miedo, la exigencia, la prisa o el control,

más bien desde la certeza, la coherencia y la presencia.


Soltar y Regresar a la Certeza


Cuando sientes miedo al moverte sin garantías de nada,

tu sistema nervioso está buscando seguridad.

Y la mente confunde seguridad con control.

Pero el control es mental;

la seguridad verdadera es energética.

Es una frecuencia interna de confianza,

una certeza que no depende del resultado,

sino de tu conexión con la Vida.


En términos más prácticos, cada vez que te sientas bloqueada,

estás intentando pensar el siguiente paso en lugar de sentirlo.

Cuando la acción nace desde la mente,

te exiges resultados y te da miedo equivocarte.

Cuando la acción nace desde el cuerpo,

te mueves desde la coherencia, aunque no haya garantía de que va a ser perfecto.

Por eso la práctica no es “soltar y olvidarte de todo”.

La práctica es soltar y regresar una y otra vez a tu centro,

volver a ti,

a honrar tu propia forma de navegar la vida,

a honrar tu propia forma de tomar decisiones,

a honrar tu propia forma en que funciona tu energía.


Regresar a esa certeza que vive dentro de ti, cuando te sabes sostenida, incluso cuando afuera todo parece incierto.


Y aquí entra el conocerte, saber si eres una persona que responde a los estímulos, si necesitas esperar una invitación, si eres iniciadora, si eres de ciclos lunares.


Además todas tenemos una forma única de tomar decisiones y bueno para todo eso hay varias formas de conocerte, sabes que yo conecto mucho con el Diseño Humano.


Es de verdad impresionante como cuando vuelves a ti, a tu diseño, TODO CAMBIA, hasta cosas que parece que no tienen nada que ver una con la otra, como regresar a la alimentación que es adecuada para ti, tomar decisiones desde tu autoridad, escuchar tu estrategia. Fluyes mas, procrastinas menos, tienes más energía, analizas menos, regresas a la certeza de que eres sostenida en todo momento.


Y como siempre lo hemos dicho aquí, no es un ya llegué y listo.

Es más bien una práctica diaria, instante a instante.

Y no tienes que hacer todo de un jalón, es ir a tu ritmo, paso a paso regresando a ti. Por que nadie nos enseña que si hay una forma adecuada para cada una.

Nos confundimos con los resultados de los demás, nos comparamos y nos enfocamos en el resultado. Cuando de verdad la persona en la que te conviertes, con la práctica de volver a ti, en cada paso que das, es lo que realmente va a hacer toda la diferencia.

Ir caminando desde tu auténtica tú te hace que vayas siendo más tu en cada paso y eso, no tiene precio.

Herramienta Práctica “El Siguiente Paso”


Hoy quiero dejarte una herramienta, ya sabes, sencilla pero poderosa.

Es una práctica para momentos en los que sientes miedo o bloqueo con necesidad de control, de saber el resultado.


Paso 1: Respira y nombra lo que no sabes


Siéntate, respira profundo y di en voz alta:

“No sé cómo va a salir esto.”

“No tengo garantías de nada.”

“Y está bien.”

Nombrar el no saber libera la energía del control.

Le das permiso a tu cuerpo de relajarse,

porque dejas de exigirle certezas que no puede darte.


Paso 2: Pregunta con el cuerpo


Pon una mano en el corazón y otra en el abdomen,

y pregúntate:

“¿Cuál es el siguiente paso que se siente más ligero, más verdadero, más alineado hoy?”

No busques un plan completo.

Solo un siguiente paso.

A veces será mandar un mensaje, descansar, escribir, soltar algo, o decir que no.


Paso 3: Hazlo, aunque tengas miedo


El siguiente paso no necesita que estés segura.

Necesita que estés presente.

Da el paso, y luego observa.

El movimiento trae claridad.

Y cada paso que das desde la coherencia,

abre el siguiente.


Paso 4: Agradece el camino invisible


Antes de dormir, agradece por los pasos que ya diste,

y por los que aún no puedes ver.

Agradece el misterio.

Agradece el sostén invisible que te acompaña.

Esta práctica te devuelve al presente,

a ese espacio donde no hay garantías, pero sí hay certeza de la perfección de la vida.


Integración Y Reflexión Final


Soltar el control no es perder el poder ni conformarte o debilidad.

Es recuperar el poder que habías entregado al miedo.

Y cuando empiezas a caminar sin garantías pero desde tu centro,

descubres algo hermoso:

que nunca estuviste sola.

Que cada paso fue sostenido, incluso cuando no lo sentías.

Así que hoy quiero invitarte a recordar:

no necesitas saber cómo va a terminar todo.

Solo necesitas saber cuál es el siguiente paso que se siente fiel a tu verdad.

Confía en el paso, aunque no veas el camino completo.

Porque el camino no se muestra antes del paso,

se revela mientras caminas.

Y si en algún momento sientes miedo,

vuelve a tu respiración,

coloca tu mano en el corazón,

y repite en silencio:

No necesito garantías.

Estoy sostenida en todo momento.


Gracias por acompañarme en este viaje de soltar el control.

Esta mini serie termina aquí,

pero el camino hacia la entrega apenas comienza.

Si algo de lo que compartí hoy resonó contigo,

te invito a que no se quede en información.

La información por sí sola no sirve de nada,

llévalo a la práctica.

Recuerda que la claridad llega caminando, no esperando.

Y si sientes que necesitas acompañamiento, será un honor caminar a tu lado

y ver como te expandes y avanzas. Puedes enviarme un mensaje y vemos cual es el siguiente paso.

Nos leemos en el próximo blog.

Mientras tanto,

vuelve a ti, conecta con la certeza, y da el primero paso … aunque no veas el camino completo.

Con amor,

Firma SILVIA

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