La resistencia al cambio, a la sanción y al viaje al interior son temas que hemos tocado en este espacio varias veces y creo que no será suficiente las veces que lo hagamos.
Estos últimos dos meses he estado experimentando síntomas en mi cuerpo y sabiendo más o menos por dónde venían a nivel emocional había que tomar acción en lo físico. Me he estado cuidando y nutriendo de forma natural para darle los nutrientes, el descanso y los apoyos necesarios para su restauración y afortunadamente así ha sido. Sin embargo, por supuesto que la resistencia llegó a la hora de atender la raíz.
Que si bien sabía más o menos por dónde iba el tema, siempre me sorprende como la mente se puede crear mil historias pero la verdad es que solo dejando de pensar podemos llegar realmente al punto clave para el cambio. Y es que es sumamente natural, truncar las emociones por que definitivamente no se siente bonito sentir algo que duele. Y es que lejos de estar en contra de nosotros, la mente hace eso para protegernos, no es nuestro enemigo sino todo lo contrario, nos quiere evitar un “mal” momento.
Sin embargo por otro lado, esa misma resistencia a sentir ese “mal” momento que en definitiva nos llevará a un cambio positivo, puede manifestarse en la forma de miedo, ansiedad o incluso enojo hacia lo desconocido. Aquí entre el ego, temiendo perder el control sobre su entorno y su identidad, se aferra a lo que conoce, incluso si eso implica quedarse en situaciones insatisfactorias o dolorosas, pero siempre en control.
Es mucho más “fácil” mantenernos en lo cómodo de lo conocido y al mismo tiempo hay una falta de confianza en nuestra habilidad para adaptarnos y una incertidumbre de qué va a suceder si cambio. Cuando este cambio es una oportunidad para crecer y evolucionar hay veces que permitimos que el ego nos paralice y nos impida dar pasos hacia adelante en nuestra vida.
Esta dinámica del ego, esa parte de nuestra mente que busca protegerse a sí misma y preservar una identidad que considera segura y familiar se interpone en este viaje al interior. Un viaje donde sabe que va haber una exploración profunda de nuestro ser, una conexión con nuestras emociones, pensamientos y creencias más íntimas que muchas veces ni siquiera tenemos consciencia de que están allí.
¿Cómo podemos darnos cuenta que estamos en este punto de resistencia?
Nota tu humor, puede ser que andes muy reactivo, ya sea muy vulnerable, que sientes que se te salen las lágrimas por que pasa la mosca o que te enojes por que pasa la mosca.
Nota si hay cosas que estás consumiendo o haciendo en exceso, ya sea que estes comiendo mucho carbohidrato, azúcar, cigarro, alcohol, etc. Que estés experimentando alguna adicción de algún tipo. Que estés obsesionado con la limpieza, con el orden, exceso de trabajo, etc.
Nota si te estás aferrando a alguna relación que muy en el fondo sabes que no te hace “bien”, que no te invita a ser tu mismo sino todo lo contrario, que te invita a reprimirte, a no ser tu.
Todas estas son señales que nos mantienen ocupados y al mismo tiempo distraídos de reconocer que es hora de algún cambio, exploración o viaje al interior. Es la resistencia manifestándose de formas que parecen “problemas” para seguir distraídos. Y de nuevo, nadie está en contra de nosotros, es un mecanismo de protección para no “sufrir”.
Ahora, si los reconoces, ¿qué puedes hacer?
Aquí te dejo algunos puntos de partida que pueden servir de apoyo para comenzar a disolver esa resistencia que se está manifestando:
Auto-observación: Tomar consciencia de como te sientes y que patrones de pensamiento están llegando a ti. Sin juicio, solo observándolos.
Aceptación: Reconocer el punto en el que estás sabiendo que es parte natural de la vida y que no hay nada malo en ti. Ya estás del otro lado, ya lo puedes observar y es un gran punto de partida, no te vas a quedar allí para siempre si así lo eliges.
Presencia: En lugar de obsesionarte con el pasado o preocuparte por el futuro, centrarte en el aquí y el ahora. Hoy que SI tengo, que SI hay y que SI está.
Autenticidad: Conectar con tu humanidad, con tus imperfecciones y expresar tus verdaderas emociones y pensamientos sin miedo al juicio externo. Esta expresión puede ser con un profesional o simplemente comenzar por escribirlo y nadie lo tiene que leer.
Amor propio: Reconocer tu valor como SER humano mucho más allá de las expectativas sociales y aprender a amarte y respetarte con mucha compasión y paciencia de tu camino un instante a la vez.
La resistencia al cambio, a la sanción y al viaje al interior está arraigada en el ego, esa parte de nosotros que busca protegerse a toda costa. Sin embargo, dejar de resistir el cambio y al mismo ego nos permite conectarnos con nuestra esencia más profunda y auténtica. Al hacerlo, liberamos nuestro potencial para crecer, sanar y experimentar una vida significativa y plena. El viaje hacia nuestro interior puede ser desafiante, pero es un camino que merece la pena recorrer para encontrar la verdadera esencia de quienes somos.
Y lo mejor es que vamos juntos, no estas solo, no estas sola.
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