top of page

Cuando el Cansancio No Se Quita con Dormir

  • 24 ago
  • 2 Min. de lectura

🎧 Aquí puedes escuchar el episodio completo en tu plataforma favorita de podcasts: AQUÍ👈👈

📺 Y aquí ver el video en YouTube: AQUÍ👈👈


Dormir ocho horas y seguir agotada no es normal.

No significa flojera ni falta de disciplina.

Es tu cuerpo hablándote.

En este episodio te comparto por qué el cansancio, el insomnio o la sensación de ansiedad no son el problema en sí, sino el mensaje que tu cuerpo te está enviando.


Mujer cansada en la cama

Vivimos en alerta constante


Nuestra mente no para: pendientes, comparaciones, listas interminables.

Y aunque el cuerpo intenta descansar, la mente sigue corriendo como si estuviera en una carrera sin fin.

El resultado: despertamos cansadas, irritables, ansiosas.

Aunque intentemos dormir más, no logramos sentirnos en calma ni con energía.


Tu cuerpo no falla, habla


Hoy te quiero invitar a cambiar la forma en que miras estos síntomas.

O, si eso parece demasiado, a que te abras la posibilidad, aunque sea solo por hoy, de pensar: “No sé cómo ni por qué, pero quizá puedo verlo diferente.”

El cansancio no significa que tu cuerpo esté fallando, significa que está pidiendo ser escuchado.

El insomnio, esa inquietud que se siente como ansiedad, o la impresión de que tu metabolismo va más lento, son avisos tempranos.

Señales de que algo en tu interior necesita moverse, necesita espacio.

Tu cuerpo NO es el enemigo.

Al contrario, es tu brújula más fiel.

Cada síntoma es un recordatorio de que no puedes seguir sosteniendo todo de la misma manera.

Es una invitación a volver a ti.


Una práctica sencilla para empezar


La próxima vez que sientas cansancio, irritación o notes que tu cuerpo empieza a acelerarse, haz una pausa.

Respira profundo.

Imagina que el aire baja hasta tu abdomen, que se infla al inhalar y se desinfla al exhalar, no lo dejes solo en el pecho.

Si puedes llevarlo un paso más allá,

inhala en 4 tiempos,

sostén 4,

y exhala en 6 o 7 segundos.

Esto le recuerda a tu cuerpo que estás a salvo y tu sistema nervioso comienza a tranquilizarse.

Haz las respiraciones que necesites.

Puedes sumar tacto consciente: con pequeñas presiones recorre brazos y piernas, apretones suaves, esto también calma tu sistema nervioso.

Y pregúntate: ¿Qué me está pidiendo mi cuerpo ahora mismo?

No lo pienses demasiado, escucha la primera respuesta que venga:

  • Quiero moverme un poco.

  • Necesito un vaso de agua.

  • Quiero descansar cinco minutos sin pantalla.

  • Necesito soltar este pensamiento.

La clave no es resolverlo todo en un instante, sino aprender a escuchar.

Paso a paso esa escucha se convierte en confianza.

Y esa confianza te devuelve energía.

Con amor,

silvia aguilar

Si te compartieron este blog y te gustaría recibirlo cada semana, puedes registrarte AQUÍ 👈👈


 
 
 

Comentarios


bottom of page